PALABRAS EN MEMORIA DE DINA ROSA BARRIENTOS VERA Querida hermanita, te pusieron por nombre Dina Rosa Barrientos Vera, tu papá Humberto te vió nacer, vió tu rostro florecer y te encomendó a Dios, sabiendo que iba a fallecer, creciste, en un hogar cristiano, donde la palabra de Dios y los cantos de alabanzas fueron tu fortaleza, papá Aniceto y mamá Clementina, colocaron en tu corazón la semilla del evangelio. La naturaleza y el campo, fueron lugares de aprendizaje donde fortaleciste tu fe y amor a Dios, tu hermana Juana con quien creciste y jugaste, fue tu compañera y confidente la amaste hasta el final de tus días, cada uno de tus hermanos ocupó un lugar en tu corazón y en tu mente, por eso nos llamabas muy frecuentemente, a temprana edad te tocó trabajar como al resto de tus hermanos, tus manos laboriosas no dejaron de coser y tejer, la máquina de coser fue tu aliada en todo tiempo, obteniendo recursos, para sustentar a tu amada familia, por quien luchaste con tesón y esmero para darles siempre lo mejor, pasaste por duras pruebas, pero saliste airosa de cada una de ellas, y en plena pandemia hiciste mascarillas para proteger del tan temido COVID. Pasaste la pandemia fuiste sobreviviente a ella, tus alegrías fueron nuestras alegrías, tus tristezas las nuestras, fuiste amada por cada persona que te conoció, desde tus compañeros y jefes de trabajo quienes te consideraban y respetaban. Tus amadas hijas Miluzka y Katty y tus nietos Yosi, Joel y Giannina aquí presentes, con el corazón doliente te traen sus presentes de amor, y admiración elocuente. Nosotros tus hermanos aún no asimilamos tu repentina partida, duele mucho el alma no tenerte entre nosotros, pero Dios quiso tu descanso y lo aceptamos aunque duele, sé que Dios sanará nuestras heridas y nos devolverá la dicha de volverte a ver para nunca más separarnos, nos queda a nosotros prepararnos para ese encuentro maravilloso con nuestro Dios y nuestros seres amados, donde el amor, la eternidad, la juventud y belleza reinarán por siempre, alabamos el nombre de nuestro Salvador Jesús, quien vino a morir por nosotros para darnos vida y vida en abundancia. HASTA PRONTO MI AMADA HERMANITA DINA. COMPARTO ESTA ESPERANZA “Los justos vivos son mudados “en un momento, en un abrir de ojo”. A la voz de Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a Cristo su Señor en los aires. Los ángeles “juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro”. Santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres. Amigos, a quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios.” CS